Fundación Cristina Marina

Provisión de apoyos a personas con discapacidad

Modalidades de curatelas

Dependiendo de las necesidades específicas derivadas de la concreta situación de discapacidad, el juez puede determinar el tipo de curatela que se adapte a la situación concreta de una persona.

Curatela asistencial: se asigna a aquellas personas que requieren acompañamiento o ayuda en ciertos aspectos de su vida. Necesitan ayuda para conformar el proceso de toma de decisiones pero es ella la que acaba tomando su decisión atendiendo a sus deseos, voluntad y preferencias. La persona curadora brinda apoyo, pero la persona con discapacidad sigue siendo quien toma las decisiones. Es posible que necesite ayuda para decidir sobre cuestiones relacionadas con la salud, las finanzas, su patrimonio o la defensa de sus derechos. Estos tipos de apoyo se adaptan a las necesidades específicas de la persona y son determinados por la autoridad judicial para los actos concretos que la necesita.

Curatela representativa: tiene carácter excepcional ya que es la medida más restrictiva de todas. Sólo se adoptará cuando, por las circunstancias de la persona, es imprescindible que se decida por ella porque no puede tomar la decisión por sí misma y no se puede llegar a conocer su voluntad, deseos y preferencias. La autoridad judicial tiene que determinar de forma justificada para qué actos concretos la persona curadora debe actuar en nombre de la persona con discapacidad con grandes necesidades de apoyo.

Curatela asistencial con funciones de representación: es una combinación de los dos tipos anteriores. La persona curadora da apoyo continuo para que la persona con discapacidad tome sus decisiones y en aquellos actos que resulten más complejos la autoridad judicial establecerá, de manera excepcional, que la represente y decida por ella. Esos actos más complejos pueden comprender la esfera de la vida personal, salud, jurídicos, económico – patrimoniales o todos ellos. Esta es la forma más común de curatela en la que haya representación ya que supone una gran restricción de derechos para la persona necesitada de apoyos y no es tan común que la persona no pueda tomar ningún tipo de decisión por sí misma, aunque sean las más básicas de la vida cotidiana.